Anoche llovió, ¡maldita sea! Nubes grises se ven desde mi ventana, y veo como avanzan movidas por el viento que sacude el toldo del balcón de enfrente.
Badajoz está vacío, y no es de extrañar. Todo el mundo ha huído de aquí, a la playa, al pueblo, a la capital... Pero yo me he quedado.
Estamos ya a viernes, quedan tres días. Cuatro para los optimistas que cuentan con hoy. Comenzarán los tres meses mas largos de mi vida desde que nací hasta el dia 20 de Junio de 2009. Exámenes, exámenes, exámenes. Más exámenes. Recuperaciones, libros, apuntes, trabajos. Noches en vela, estudiando. Bah. Matemáticas para septiembre, Literatura quizás.
Y luego... un viaje. Praga. Una semana. Ya huelo el seco olor a madera de sus marionetas...
Ahora mismo pagaría lo impagable por estar en una playa desierta, perdida, silenciosa... Sola, tumbada sin toalla, sintiendo la arena que se pega a mi piel, con los ojos suavemente cerrados, respirando el olor a sal... y escuchando las olas romper en la orilla.
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