martedì 29 novembre 2011

SORRISO.

Llevaba varios días perdida, incapaz de centrarme en lo que hacía en el momento, sumergida siempre en dudas existenciales y sin saber exactamente qué estaba pasando en mi cabeza.
La verdad, ahora mismo no es que mi mente esté aclarada, pero si que está tranquila, y eso es suficiente para mí.
La simplicidad de una palabra acompañada por una sonrisa, la ternura de cualquier gesto que venga de alguien a quien le importas; un simple "hey, ¿te encuentras bien?", e hipotéticos abrazos en un lunes por la noche.
Haces planes en tu cabeza a largo plazo, atas cabos e imaginas situaciones; tal vez no imaginas sino que idealizas. Luego llega el momento esperado y nada es como habías pensado que sería. A veces es mejor, a veces es peor. Yo prefiero decir que, simplemente, es diferente.
Seguramente hayan bastado un par de conversaciones, cada cual tiene su propio pensamiento; das tu opinión y algunos te apoyan, otros te recriminan lo que sientes o piensas porque se preocupan por ti, y otros tan solo te dicen que todo irá bien y que descanses esta noche.
Sea cual sea la respuesta, se agradece, ya que, ¿qué sería de ti si cuando estás desorientado tus amigos no te cogen de la mano y te enseñan el camino?
Quizás haya bastado un instante preciso, en el que te sientes extrañamente lleno, después de pensar que estabas vacío por no tener a alguien a tu lado. Y, te das cuenta, de que no tienes a una persona sino a muchas, y que cada momento con ellas es especial.
Te das cuenta de que sí, de que eres feliz porque hay personas a las que les importas; personas a las que quieres..., y que con eso basta.
¿Me hago mayor? Quién sabe...
Solo puedo daros las gracias a todos, por aguantarme, salvarme en mis peores momentos, y darme días en los que no ocurre nada especial, pero me voy a la cama especialmente feliz por haber compartido con vosotros alguna risa que otra.
No os lo digo a menudo pero, os quiero.

María.

venerdì 18 novembre 2011

Y yo huyendo..., ya no de ti, sino de ti y de todos.

Me cuelgo de mis dedos sobre el frío suelo, mi piel es suave pero el interior está agrietado. Ahora ya solo quedamos yo y estas cuatro paredes, y en el fondo, me da lo mismo.
Es la palabra especial que se desvanece entre mis manos, es no poder explicar mis pocas ganas de ti.
Es apostarlo todo y perder la partida, tentar a la suerte y ser vencida por múltiples golpes bajos. Es decir fuertemente aquello que tienes que decir, sin miedo, sin dudas, sin titubear, y entonces retirarte con una reverencia; a pesar de los golpes, a pesar de las miradas que no se fijan en los ojos sino en la acera, es aceptar la derrota y aún así sentirte bien…, porque has luchado respetando las normas.
Tal vez una parte de mí esté decepcionada, tal vez me siento incomprendida en cierta medida; tal vez necesitaba que me salvaran, y no lo hicieron.
Ya perdí mi capacidad para llevar a la práctica todos esos sentimientos, si mis muros antes eran altos ahora son imposibles; y la expresión de indiferencia vuelve a mi día a día, y no es porque yo lo haya decidido sino porque así me siento segura y no tengo que implicarme ni involucrarme en historias en las que en el final las lágrimas solo caen de mis ojos.
Al fin y al cabo, me doy cuenta de que tal vez nunca he dejado de tener razón en cuanto a toda esta… mierda…

venerdì 11 novembre 2011

Te veo dolida, con un toque de impotencia y dos gramos de rabia.

Mi cuerpo a orillas de una verdad a medias, sentirse heroína de una historia en la que varios son los protagonistas, y bajar la mirada ante una verdad incómoda, aferrada a una mano que ya no existe y entre papeles en los que solo hay mentiras escritas de manera suave, hermosa; engañando a los sentidos.
Una noche en la que todos llevan máscaras, y sentirse invisible y sola ante personas que ríen y bailan; sentir que esa historia tan solo fue un espejismo; que esa persona tan solo fue un espejismo, y despertar en tu cama; sudando, respirando fuerte, perdida en la inmensidad de la propia vida, entre personas varias que intentan cazarte; acechando, siempre acechando...
Ir más allá, pensar en un por qué que tal vez no existe, volver la mirada atrás y recordar la clase de persona que eras; de la cual, tan solo quedan ya los escombros tras el tornado que destruyó todo; segundo a segundo, tu fuerza, tu seguridad, tu mirada dura y fría..., y encontrarse con la nada.
De frente.
Duro. Triste. Anhelando lo poco que quedaba de ti, en el último suspiro de media noche, en la luna que susurra lentamente que la calma es caprichosa, que la normalidad nunca ha existido y que esas noches sin frenos no ocurrieron en el mundo real.
¿Duele?
Duele.
Pero no me dejo vencer. Odio la debilidad, siempre la odié...
Soy de esa clase de personas..., independientes..., locas...., bipolares..., claras..., pero confusas...
Hay personas que te hablan, y dicen cosas que quizás divagan por tu mente pero que jamás las tomaste enserio. Y, entonces, florecen, y tomas aire pensando que, tal vez, lleven razón...
Sentirse un juguete, en supuestos mundos paralelos en los que tus manos están vacías, tus labios apretados y tu mirada distante.
Pero esto es así.
Nadie dijo que fuera fácil, nadie me tomó la mano diciendo; vamos a pasear... Porque la vida no es así.
Sufres, escuchas canciones que te mandan al más profundo pozo y la tumba que estabas cavando para ti misma, esa que abandonaste cuando el mundo parecía un mundo mejor al lado de quien, vuelve a tu día a día y la sientes tan cerca que a veces no dudas en tirarte de cabeza, sin pensar.
Pero en el último segundo piensas..., y te dices a ti misma; ¿enserio?
Soy fuerte.
Puede que, en este momento, tus piernas tiemblen. Puede que, en estos últimos días, las lágrimas hayan brotado sin cesar. Puede que, el pecho te duela más que de costumbre...
Pero yo no soy de esas...
Muchas veces pienso en lo que fui en vidas pasadas. Mujer revolucionaria. Bruja quemada en la hoguera. Rebelde, siempre rebelde...
Esto no es para mí.
Esto no es para mí. Definitivamente soy como soy, y no es fácil cambiar como una es.
Sé abrazar, sé pedir perdón. ¿Sé perdonar? Sé perdonar... Y en eso de olvidar tengo matrícula de honor.
Me hablan de dolor, me hablan de sufrimiento y me hablan de indiferencia. Yo siento que me da lo mismo, yo siento que a nadie le tiembla la voz como me tembló a mi una vez, y que ahora mismo el frío que siento no lo siente la persona que, tal vez, quisiera que lo sintiese...
Pero me alegro cuando a los demás les sale el sol, aunque mi día esté tormentoso. Seco lágrimas ajenas sin la necesidad de que nadie seque las mías, y espero con ansia la sacudida mortal del universo para comenzar a recuperarme, a componer el puzzle de mis sentimientos, aunque tenga que buscar entre los escombros de mi corazón para hallar los restos que sobrevivieron.
Soy fuerte, y quizás eso les asuste.
Pero me siento bien conmigo misma, porque he sido sincera en todo momento. Advertí; conmigo nada es fácil. Advertí; soy una gilipollas.
El problema es que nadie se tomó enserio lo que dije el primer día, esperaban más de mí y no supe corresponder a las altas expectativas.
Perdona por ser humana... Realmente siento no ser tan perfecta como muchos pensaban que lo era...

martedì 8 novembre 2011

Levels.

Siempre hay un punto de partida y un punto de llegada.
En medio de la noche tu mente se tropieza con pensamientos encontrados y recuerda alguna parte de ti que se quedó hace algún tiempo atrás.
Supongo que las sonrisas más sinceras son las que se dibujan en tu cara cuando estás sola y no tienes que mostrar ante nada ni ante nadie que estás bien..., no actúas, no demuestras, tan solo es eso; te sientes bien. Aunque probablemente sea algo efímero. Quien sabe.
La vida es una sucesión de momentos, algunos buenos, y otros no tanto. Pero cada uno de ellos importa, te enseña; maduras, cambias, evolucionas. Seguir adelante; a veces llorando, otras riendo, y otras con los brazos cruzando pensando; pero, ¿qué mierda es esta?
Es curioso todos los estados que puedes llegar a alcanzar en unos pocos días; sentirse feliz, insegura, vencida, confundida, desolada, sola, enfadada, terriblemente enfadada, decepcionada, absurda, nuevamente enfadada, algo desquiciada y finalmente... ¿impaciente? ¿extrañamente..., segura? ¿Tal vez fuerte?
Y darle al play nunca me había hecho tanto bien, porque en el momento en que te dejas caer en brazos de la autocompasión; estás perdida. Ser salvada por una misma deja ver cómo eres; y probablemente esta forma de ser me siga trayendo problemas durante muchos años..., la verdad, no lo sé.
Me siento preparada para el gran golpe, aunque no dejo de pensar que todo iría mejor si la batalla terminase y dejase paso a una tregua. Pase lo que pase, probablemente duela igual; antes, o después.
Esta es la primera noche en la que en mi almohada no llueve de un tiempo a esta parte, y no sé si será malo o bueno..., pero a mí me vale.

sabato 5 novembre 2011

Save the Hero.

Hay veces en la vida en las que el mundo parece temblar bajo nuestros pies; a veces se derrumba dejándote caer en el abismo más profundo, dejándote en la nada, y otras resiste la sacudida con fuerza, y te da el valor para plantarle cara y decir; yo soy más fuerte que todo esto.
Hay veces en la vida en las que las cosas no salen bien; en las que tus miedos pueden contigo y arruinan aquello valioso que tienes despertando el miedo del que tienes enfrente. Porque hay veces en la vida en la que llegas a rozar con tus dedos la felicidad, pero luego se te escapa y el sentimiento de desolación es tan intenso que dejas de creer en todo aquello que creías, que tus ideales se desdibujan en dos o tres hojas de papel, y tu corazón se cierra destruyendo todo lo hermoso que antes le hacía latir.
Un día aprendí a luchar, aprendí a apretar los puños con fuerza y a mirar de frente a los problemas, aprendí a aceptar mis defectos y a intentar cambiarlos con paciencia y voluntad, aprendí a pedir perdón y a perdonar, y aprendí que nadie se merece sufrir por nadie...
Aprendí a ser fría, ¿cómo no iba a hacerlo? Era la única manera de saber encajar todo aquello que me golpeaba fuertemente.
Porque los días pasan, todo cambia y algunos sentimientos también lo hacen. No puedes detener la tormenta, no puedes esperar siempre la calma tras ella, hay veces en las que tienes que aceptar los hechos y no debes dejarte hundir.
Es probable que mires a tu alrededor y todo te parezca una historia mal contada, que te sientas solo en pleno centro de la ciudad, y observes a la gente preguntándote si de verdad todo esto merece la pena, o no.
El problema es cuando no sabes responder...

Sometimes I wish someone would just come here and save me... Save me from myself.
Who's there to save the girl...?