- Eres escéptica, eres caótica, eres..., incatalogable.
- Tú me estás catalogando.
- Dime, ¿en qué piensas cuando estás en medio de un grupo de personas que conversan y tu mirada cae mas allá del horizonte...? Quisiera conocerte, ¿sabes? Quisiera entenderte...
- Déjalo, Mark.
- No, no puedo. Te miro y siento que eres infinita, quisiera explorarte...
- ¿Crees que soy un puto experimento? ¿Crees que puedes estudiarme? Te equivocas... No insistas.
- ¿Es que a caso no lo entiendes? ¡Me estoy volviendo loco! No se por qué hay días en los que me amas, y otros en los que me odias.
- Eres tú el que no lo entiendes. No te amo, no te odio. Deja de hacer preguntas, deja de preguntarte por qué soy así, y lo mas importante deja de preguntármelo a mi. ¿Crees que soy especial? No, no lo soy. Tú me haces, en tu idílica mente, especial. ¿Por qué me evado en las conversaciones? Quizás soy despistada. ¿Caótica? No, desordenada. ¿Escéptica? Simplemente no le doy mil vueltas a todo...
- Tu punto de vista es simple.
- El tuyo es demasiado complicado.
- Poético.
- Oh, Mark... Basta... Sabes que no soporto hablar sobre cómo soy, sabes que nunca lo he soportado.
- Quizá sea que no soy lo suficientemente bueno para ti.
- ¿Por qué me dices esas cosas si sabes que no son verdad...?
- Porque eres la mujer mas maravillosa que he conocido.
Y te beso, y segundos después la tarde cae, la noche nos abriga con su manto de estrellas infinitas, tú me miras sin saber muy bien qué decir, yo me evado perdiéndome en la infinidad de tus ojos marrones. Te cuento que busco en la soledad el contacto con mi alma, la colisión de mi mar con mi cielo, esa línea que siempre está ahí pero que nunca se alcanza. Te cuento que yo quiero alcanzarla... Y me besas, pues tu mente no alberga mi locura. Y me besas, y yo caigo en el vacío de un abismo prolongado, pues comprendo que a veces te odio, y a veces te amo. Y entiendes que tu psicología no va conmigo, y yo entiendo mi escepticismo al fin. Y te beso, y me abrazas, y nos quedamos así, simplemente así. E intento ordenarme pero mi mente se atolla, los rayos me sorprenden en un mar de tormenta, las ideas se desordenan, y el caos se apodera de mi corazón como hace años se apoderó de mi cuarto. Vuelvo a saber que tienes razón, cariño. Soy extremadamente caótica.
Entonces me río, y comienza a llover, y nuestras ropas se calan, y se calan nuestras bocas, y nuestras manos se entrelazan así como nuestra mirada y dejo que me explores, pues tú también eres el hombre más maravilloso que he conocido.
Mery Cavalli
4 commenti:
creo q pasare x aqui a menudo...:)
Es tuyo? o sacado de algun sitio?
Si, es mío!!!! :) Thankss por pasaros!
está increible! me sentí identificado con Mark xD, gracias por subirlo, fué una lectura muy agradable. :)
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