Todos mis defectos.

Y si, es cierto que muchas veces lloro sin tener motivo válido. Que me obsesiono con las cosas más estúpidas a las que los demás no les dan importancia. También es cierto que nadie me conoce realmente, a veces ni siquiera yo me conozco. Es cierto que no soy fuerte, es cierto que estoy al borde, que soy pequeña, que lo creo saber todo y no sé nada. Que me creo de hierro, invencible, inalcanzable... y luego hay palabras que me golpean fuertemente. Es cierto que dependo de muchas personas. Es cierto que una ya no está, y que otra está a punto de irse. Que a veces soy insoportable, tremendamente estúpida. Que por las mañanas soy irritante y por las noches mi cuarto está desordenado. Es cierto que no digo te quiero, que tengo las manos frías, que me cuesta sonreír y nunca digo lo que siento. Es cierto que tengo miedos, que odio las leyes de la vida. Que me enfado si no me hacen caso, y luego soy yo la que va detrás. Es cierto que no sé cocinar, ni limpiar, ni siquiera coger autobuses sin perderme. Que no sé mentir, y que me he portado mal muchas veces. Es cierto que siempre estoy mala de algo, cuando lo único que me duele es el corazón. Es cierto que soy vaga, y que lo dejo todo para el último momento. Que no soy valiente, pero si ingenua. Es cierto que no me conformo con poco, y que a veces me siento sola.

Es cierto que me cuesta admitir la realidad, y que me tapo los oídos para no escucharla...

Confesiones en Historia.

Un segundo, y todo cambia. Te expresas de forma distinta, evitas mi mirada. No, ya no quiero preguntarte. Pasó y basta. Tus respuestas valen menos que mis preguntas. Y me duele, y me jode. En el amor no se duda, y yo dudo, lo que me crea mas dudas, y hace que dude; ¿esto es amor?
Amor. Difícil. Complicado. Raro. Que pica, que duele, que ahoga. Amor.
¿A qué huele? A los olores que enfrascan recuerdos con esa persona. ¿A qué sabe? A la fusión de los dos. Y... ¿Cómo es el amor? Río, ¿que cómo es...? Es precioso.

Y como dijo mi amigo Moccia:
"Amor es no decir nunca lo siento"


Puede que haya gente que no entienda lo que escribo, que crea que lo saco de algún lado secreto. No se, y me da igual. Mi profesora de Historia es testigo de que lo escribo. Con cara seria, miro mi pequeña libreta. Releo lo que he escrito. Tacho, añado alguna palabra. El corazón intenta sentir lo que escribo, al menos hasta que termine de escribir. A veces lo consigo, y a veces no. Es como actuar. Actúo conmigo misma... y me encanta hacerlo.
Volveré a caminar por la orilla de la playa al atardecer dentro de poco más de una semana. Empezaré a hacer la lista... De lo que no me olvido seguro es de la crema de zanahoria, ¡necesito color!

Los domingos ya no son tan asqueros.

A veces cuesta detener el tiempo, congelar momentos que hacen que respiramos. Saborear un beso con sabor a él, cerrar los ojos riendo, dejarte llevar. Vamos a meternos en una cama gigante, o mejor en una pequeñita para poder estar mas pegados. No vamos a salir de ella en un día entero... pero no vale dormirse, ¿eh?

Respirar tu olor natural...

Sueño, muuuuuucho sueño a pesar de la siesta que me he pegado. Y todavía me queda repasar economía, y quien dice repasar, dice estudiar.

Felicidad por momentos, sonriendo al tiempo que pasa tan deprisa, al tiempo que llega, que se queda. Tiempos mejores, supongo. Me conformo con que nada cambie, con que todo siga adelante. Superar las discusiones, los problemas, las hablidurías de la gente que se aburre y habla sin saber. No. Yo soy más fuerte que un rumor. Mucho más.
Avanzar, con ellas, con él, conmigo misma. Avanzar. Seguir madurando, aún queda un largo camino... Creo que nadie madura del todo nunca, y es bonito. Siempre tiene que quedar un poquito de niñez e inocencia en ti. Ingenuidad, tal vez. Aprender; aprender a querer, a amar realmente, a saber pedir perdón, a saber perdonar. A abrazar.

Hay personas que no saben abrazar.

Y una caja de cartón, para poderte amar.

Renuncio a ver tuentis ajenos. ¡Qué pesimismo, por el amor de dios! Voy contra el mundo, a contra corriente. Eso parece. Estoy feliz y la gente odia al mundo, está de mala ostia, son malas personas... etc, etc, etc.

Pero yo a mi bola, doble bah al cuadrado. Llueve y hace mal tiempo, nubes grises, aire, frío. Odio el frío, odio que el sol no se deje ver y odio el aire. La lluvia no tanto. Es más, la lluvia me gusta.

Miércoles, miércoles horrible, aburrido y con un pelín de mala milk. He ido al centro y he venido sólo y únicamente con un sujetador. No lo entiendo. Cuando no tengo dinero veo miles de cosas y cuando tengo dinero no veo nada. ¿Ley de Murphy? ¡Seguro! Sinceramente, prefiero que se me caiga la tostada por el lado de la mantequilla.

Intento ser mejor persona y solo me dan palos. Palos flojitos pero no dejan de ser palos. Hablo, escucho, aconsejo. Y se tapan los oídos. No, hoy no es el día... No, déjalo Mery... No, bla bla bla. Que te den, y acabamos antes. Se que esto no se aproxima mucho a mi recuperado optimismo pero yo que se... Estoy un poco enfadadilla en estos momentos.

Me pregunto cosas que nunca me he preguntado, y sin embargo, siempre han estado ahí esperando a que me fije en ellas. Hoy es otra vez día 15, y hoy... Hoy hay chinchetas en el aire.

Metamorfosis en la bañera.

He recuperado mi autoestima. Bueno, en realidad nunca la perdí... Lo que he recuperado ha sido las ganas de fiesta. Sí, vuelven. Mery ha vuelto, ¡ha vuelto! Y la va a liar, ¡tiene la bilirrubina subidísima!

Más feliz que una lombriz como dicen algunos amigos locos que tengo por ahí sueltos, me siento optimista frente la vuelta de estas breves vacaciones. Si os soy sincera, me han parecido más de una semana. Será porque me he aburrido como una ostra. Sí, será por eso. Seguro.
Viendo videos de mi Duque y mi Catalina, tengo ganas de llorar. Pero en estos momento soy tan feliz (sin ninguna explicación específica y coherente) que no me sale llorar, ni siquiera por ellos dos. Sí, ya lo sé. Es una serie. Era, mas bien. Pero... son ellos. ¡y dejarme con mis depresiones paradisíacas!

Metamorfosis. Sí. Extrañísima sensación que experimenté el sábado entre las 18:25 y las 19:36. Llevaba toda la Semana Santa de bajona, una bajona rara de estas que me dan a mi. Y mi queridísimo amigo Mero me empezó a contar que había querido ir al club pero estaba cerrado y tenía ganas de estar en el jacuzzy pero que vamos, que él podría hacer un jacuzzy rápido y fácil en su casa.
¡Tichin! A Mery se le enciende la bombillita. Tenía toda la tarde libre porque mis amigas se habían ido al centro a ver ropa, y yo no soy tan masoca como ir a ver ropa que se que voy a querer comprarme y no voy a poder comprarme, entonces me quedé en casa.
Llené la bañera, y le eché jabón y aceite Johnson Baby. Puse música relajante, y me metí a la aventura.
UNA HORA. Una hora allí metida cantando en voz baja entre espuma y agua mezclada con aceite. Salí arrugadísima, sí. Pero me sentía rara. Liberada. No como la última vez que lo hice que puse el agua tan caliente que me dio una bajada de tensión y comencé a ver manchas negras hasta que se me nubló la vista, nunca se me olvidará.
¡NO! Esta vez fue diferente. Sonreía sin parar. Es más, discutí brevemente con mi madre y me estaba riendo. Metamorfosis. Una puñetera y agradecida metamorfosis...

Arreglé las cosas con quien estaba enfadada (ejem ejem) y salí de casa dispuesta a comerme el mundo. La verdad, me di con un canto en los dientes como todos los sábados, pero eso ya es otra historia. Queda la intención, que no es poco.
Y este finde espero que sea mucho mejor que todos los findes de meses atrás que no se por qué he estado aturdida, llorando y haciendo lo que viene siendo la gilipoyas. No, he perdido tiempo y paso de seguir así.
Me queda Martes, Miércoles, Jueves y Viernes, que espero afrontarlos con fuerza y personalidad, el viernes tengo examen de economía de recuperación y quiero comérmelo con patatas fritas. Así que desearme suerte en mi "resurrección" y no me hagáis voodoo.

¿Síndrome postvacacional? Sinceramente... ¡para nada!

En la calle hace frío.

Anoche llovió, ¡maldita sea! Nubes grises se ven desde mi ventana, y veo como avanzan movidas por el viento que sacude el toldo del balcón de enfrente.
Badajoz está vacío, y no es de extrañar. Todo el mundo ha huído de aquí, a la playa, al pueblo, a la capital... Pero yo me he quedado.

Estamos ya a viernes, quedan tres días. Cuatro para los optimistas que cuentan con hoy. Comenzarán los tres meses mas largos de mi vida desde que nací hasta el dia 20 de Junio de 2009. Exámenes, exámenes, exámenes. Más exámenes. Recuperaciones, libros, apuntes, trabajos. Noches en vela, estudiando. Bah. Matemáticas para septiembre, Literatura quizás.
Y luego... un viaje. Praga. Una semana. Ya huelo el seco olor a madera de sus marionetas...

Ahora mismo pagaría lo impagable por estar en una playa desierta, perdida, silenciosa... Sola, tumbada sin toalla, sintiendo la arena que se pega a mi piel, con los ojos suavemente cerrados, respirando el olor a sal... y escuchando las olas romper en la orilla.

Por ella.

BELLA,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.

Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.

Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
PABLO NERUDA

Otra noche más con un nudo en el estómago, unas ganas terribles de echar a correr, reteniendo las lágrimas para que nadie me vea llorar.
¿Por qué las personas cuando estamos mal escuchamos canciones tristes? ¿Nos hacen sentir mejor? ¡No! Todo lo contrario... Nos hacen llorar, profundizan en nuestras heridas hasta el punto de hacernos sentir mas desgraciados y mas débiles. Somos masocas, y nos encanta. La música es el reflejo de nuestros sentimientos. Estamos mal y parece que hacemos cosas para estar peor. Leemos mensajes de texto en nuestros móviles de tiempos antiguos que queremos que vuelvan, y lloramos. Vemos fotos, escuchamos canciones que también traen recuerdos. ¿Todo para qué...? Para llorar. Llorar.
Lloramos tanto por tristeza y tan poco por felicidad...

En una semana hacen diez meses. Diez. Oigo su risa, pero no con tanta claridad como antes, y eso me duele. No quiero olvidarme de su risa... Tan nerviosa, tan risueña, tan contagiosa. De sus tonterías, sus inocentes "insultos" a la abuelina. Y yo que le río las gracias, tantas quejas a ese caldo tan tremendamente... típico. Que ya no se hace, y tampoco quiero tomarlo si no es con ella. Antes lo tomaba para reír, ahora lo tomaría... para llorar. ¿No?
Que triste... Pienso en las cosas que no le dije, que no le conté, que no le pregunté. Y me jode. ¿Por qué no lo hice? Porque jamás pensé que se fuera así de repente. Sin avisar, sin decir adiós. Quedaron muchas cosas pendientes de las que hablar... Muchos te quieros por decir. Las personas deberíamos decir te quiero mas a menudo, dar mas abrazos, mas besos. Puede llegar un día en el que no puedas hacerlo, y es un cargo que llevarás toda tu vida.

Quedan las fotos, los videos, los sms, las cartas... Y queda el recuerdo, que es para siempre. Pasarán los años, y perderé a mas seres queridos. Si, lo sé. Es ley de vida. Pero ella fue la primera, y lo primero siempre se queda marcado... Solo dieciséis. Tristeza mezclada con impotencia y enfado. Ganas de mandar todo a la mierda...

Pesimismo acumulado.

Dividida, pero me gusta. Mmmm... Creo que debo añadirle una interrogación.
Sábado. Otro más. ¿Cómo acabará este? Espero que no muy mal... ¡puedo romper cabezas!
La tarde entera en la Alcazaba hinchándome a comer chucherías y cocacola, a rodar agarrada a Car por rampitas y a fingir que somos turistas en la Muralla China.
Un gran debate sobre qué hacer esta noche. Al final hemos decidido algo que no me convence mucho pero es lo que hay. Bah. ¡Hoy salgo con un paquete de pipas y una cámara de fotos! ¿Para qué queremos mas? Nuestros higados se merecen también unas vacaciones...

Injusto. Es la palabra que me ronda últimamente en la mente a todas horas. En un segundo puede cambiar tu vida de forma automática sin que puedas pararlo. Y ya está. Se acaba. ¿Y qué hay después? ¿Oscuridad? ¿Dónde estará ahora? Pero nunca te vas a enterar, ¿sabes? Siempre quedará la duda, las preguntas que no hiciste, las cosas que no le contaste. Los momentos que creías que te quedaban por vivir a su lado... ¿Dónde fueron? ¿Dónde se quedaron? Aquí. Dentro de mi. Pero no es suficiente, es irritante, es injusto. Es terriblemente injusto.

Wow! Dear Party!!

A dos horas de irme a la Fiesta de la Primavera a disfrutar un poco de ambiente universitario, y no tan universitario, me encuentro con una sonrisa de oreja a oreja y ganas de comerme lo que viene siendo el MONDE.
Esta noche me he soñado que ya estaba de vacaciones... y me he quedado dormida. Me ha despertado la voz de mi madre advirtiéndome claramente que como no entrara a primera no salía. Mi sueño se ha echo añicos. He mirado el móvil, las ocho y cuarto. Mierda. ¿A primera? Oh, no... Literatura. ¡Dios! Así que en un cuarto de hora he echo mi rutina de todas las mañanas (sí, lo sé, soy una máquina) y aunque he llegado cuatro minutos tarde interrumpiendo la aburrida clase, una vez más le he dado por boca al tiempo.

Días de cambios de temperatura, días de cambios de humor. Ganas de discutir con esa persona, y cantarle las cincuenta por alguna tontería. Aunque luego siempre me entran ganas de darle un abrazo y reírme porque se lo ha tomado enserio. En definitiva, hacer un poco el tonto. Al menos para pasar un buen rato.

Y aunque no quiero ser cruel, creo que todos en nuestras vidas hemos llegado a una dura conclusión. Para trabajar en el McDonald's hay que ser feo.

http://www.youtube.com/watch?v=mWVASQapR28