Olor a verano.

Alguien me dijo una vez que querer es poder, que nada es imposible como en aquel anuncio de Adidas. "Imposible is nothing". ¿Cuánto le pagaron al publicista por esa maldita frase? ¡Seguro que un montón!

Y yo, y mi mundo. Y mi cabecita de niña chica algo madura y responsable con ideas de bombero retirado, que no quiere crecer, que no quiere envejecer. Hago y digo cosas absurdas, y todos me lo recalcan. Mery, eres tremendamente tonta. Pero, ¿sabes qué? ¡te quiero tanto...!

Anoche dormí con la ventana abierta. ¡Por fin! Después de casi siete meses encerrada herméticamente por las noches... mi cuarto vuelve a respirar el aire nocturno. Vuelvo a escuchar esa fuente del restaurante italiano, que parece que no duerme hasta dormirme yo primero... Y algún que otro coche que pasa veloz por la carretera rompiendo el silencio de la noche por unos segundos, y el borracho de turno que canta fatal a todo pulmón porque su novia le ha dejado, y la alarma del pedazo de cochazo de los aparcamientos que nadie entiende qué hace en la calle en vez de estar en un garaje... y una larga lista de sucesos que pasan en mi manzana por las noches y que a cualquier persona le molestaría, pero que a mi, particularmente, me encantan.

Marzo. Fin de semanas colapsados de miles de planes y cosas por hacer. Viajes. Madrid, Salorino. Viajes cortos, ya. Pero no dejan de ser viajes... ¡digo yo!
El Sol que vuelve a salir después de sus largas vacaciones, ¡Sol, te echábamos de menos! ¡Quiero coger color ya! ¿No lo entiendes o qué?

Tanta felicidad... cómo me gustaría guardarla en un frasco y cada vez que estuviera triste coger una pizquita para sonreír.
Congelar momentos, risas. Cosas absurdos que decimos cuando queremos a alguien.
Me gustaría que mi vida fuera un reality show, el cual solo pudiera ver yo.