¿y si te equivocas...?

Miénteme. Dime que quizá algún día volveremos a vernos. Háblame, aunque sólo sea para decirme que te olvide.
Vuelve. No me hago a la idea de que te fuiste. Regresa, vuelve a tomar mi mano, a mirarme, a hacerme reír.
No quiero seguir llorando tu ausencia, no quiero seguir entrando en casa y oler tu presencia aunque tú no estés presente...

Mañana tengo examen mortal de lengua y literatura. Pero, ¿sabéis qué? paso de estudiar, es que no. Es que no es justo, ni lógico, ni normal, ni coherente... Ya han pasado unos cuantos días desde mi "último examen". He desconectado totalmente, estoy en off. Veo mi escritorio, veo esa silla, veo el flexo. ¡¡¡No!!! No quiero volver a sentarme apoyando los codos, y pum pum, pum pum, y pum pum. No. Me niego rotundamente.
Pero es que si estuviera en la ESO me daría igual, porque por un examen suspenso... Pero es que no. Es que ya no puedo. Necesito un 7'8 para entrar en Periodismo, cosa que no voy a tener ni de coña.
¡¡Dios!! Qué agobio.

Me siento aturdida, pero avispada. Decaída, pero feliz. Creo que la calefacción me atonta. Es como una droga, o mas bien como un sedante.
Me encantan las siestas de las siete de la tarde. No me molesto en quitar los miles de peluches que tengo en la cama, me acurruco entre ellos, con una manta por encima. Cierro los ojos, y por un instante estoy en paz. No es como por la noche, que pienso en la mañana siguiente, en lo que tengo a primera hora... En ese despertador que suena a las 08:00.
No, mis siestas al anochecer son únicas, yo diría que perfectas... Aunque duren media hora, son las mejores.


Últimamente no paran de decir la palabra FARRA en la tele. ¡Me mata!
Y... creo que sí, estudiaré...