lunedì 22 dicembre 2008

Esta niña no ha roto nada.

Camino con la mirada perdida en mis zapatos, con una medio sonrisa en la boca y una lágrima en los ojos. Tal es la locura que se apodera de mi mente en estos momentos, que ya perdí la noción del tiempo. No se dónde estoy, pero tampoco quiero saberlo. Puede que esté en una carretera perdida de Francia, en un bosque del centro de Noruega. Tal vez estoy en el baño de una discoteca vomitando, o quizá componiendo una canción inconscientemente con la guitarra de mi padre entre mis brazos. Igual estoy en en clase sin atender las explicaciones del profesor. Pero, casi estoy segura de que...

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