Me encuentro sentada en el bordillo de la parte de atrás de mi piso. Es de noche, hace frío, pero me da igual. Lágrimas, miles de ellas, recorren mis mejillas... Algunas siguen por el cuello, otras caen el vacío irrumpiendo contra mis piernas o directamente contra el suelo.
Me siento sola. Es Viernes, son las doce... ¿Y por qué estoy aquí en vez de estar en el botellón con mis amigas?
Todo es un asco. Y lo que mas me fastidia es pensar que todo es un asco cuando hay personas que lo pasan mucho peor que yo, me hago sentir egoísta a mí misma.
Pasan los minutos muy lento, parece que llevo aqui dos años. No quiero encender el movil, no quiero ver miles de llamadas tuyas, esta noche no tengo ganas de hablar contigo.
Quizás me suba ya casa. Tal vez siga andando calle arriba; perdiéndome en la noche, mezclándome en el frío, mirando las estrellas, sintiéndome vacía, queriendo desaparecer, quizás por un momento, con dolor de cabeza, oyendo tu voz...
Que se convierte en un eco, que cada vez escucho mas lejos y poco a poco se va... Se aleja, y no puedo hacer nada.
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