domenica 14 novembre 2010

Qué bonito desorden es este...

Una noche cualquiera en la que una media sonrisa alumbra mi solitario cuarto, siento decir que es solo mía..., ¿será esta la felicidad? Y, ¿qué pensará quien?
Música profundamente tranquila, como si respirara una sensación extraña, de autocontrol, ese autocontrol que a veces pierdo. Los párpados que lentamente se cierran, un solo de sensualidad atrapada en unos simples labios entreabiertos.
Aquí estamos, mi mundo giraba sobre mí, ahora puedo decir que gira bajo mí. Un mundo en el que los límites impuestos resultan insuficientes para calmar mi sed; un movimiento lento, como una sucia y sensual calada a la libertad que brota en mis manos, como un simple encuentro que no aspira a nada mas que a pasar un rato entretenido, parafraseando sobre el bien y el mal, cuando nadie tiene idea alguna de nada.
En esa esquina, en esta noche, en algo suave que desordena mi percepción del norte durante la fracción de segundo en la que siento ficción, quizá luego llegue la ciencia..., la química..., tal vez la física... No saber qué pasa me hace estar..., serenamente inquieta.
Pero no pregunto, decido mantener el suspense..., el estilo en el que me muevo es difícil de descifrar..., incluso para mí. La insinuación de un quizá, de no saber aún si seré fuerte, o débil.
En una noche cualquiera, mientras mis sábanas son especialmente delicadas para quien no sabe tratarme....

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