Simplemente es la noche que se desploma sobre mis hombros, vagos recuerdos que tal vez duelen, saber quien soy pero sentir que no me encuentro en el sitio adecuado, ni en el momento adecuado, ni siquiera en el cuerpo adecuado.
Mirar más allá de las luces reflejadas sobre el agua y sentir que el fondo está demasiado profundo para mí, que no tengo aire suficiente en mis pulmones para llegar a alcanzarlo.
Sentir que no pertenezco a este mundo, incomprendida al fin y al cabo, detrás de la imagen de
niña bien.
Tantos intentos por llegar a ser sin caer en la cuenta de que simplemente soy, de que simplemente por mucho que intente tapar..., incapacidad para esconder lo que yo no paro de ver pero que nadie parece percatarse.
Es así..., y es tan sencillo que es difícil... Tal vez, como yo misma...
Son hechos enumerados, uno a uno, por los que luché, por los que sufrí, por los que dejé de ser quien era para intentar afrontarlos, desarmarlos consiguiendo tan solo desarmarme a mí misma, olvidando mi amor propio.
Resoplar, una y otra vez. No es importante, no es necesario, no es imprescindible.
Porque estoy aquí, porque estoy a tu lado, porque aunque nadie lo sepa yo sé qué pasa, déjame decirte que yo lo sé. Y no titubees, porque yo estoy aquí sentada, escuchando siempre aquello que dices, sintiendo siempre aquello que sientes, calmando tus labios cuando tiemblan, cogiendo tus manos cuando tiemblan, sujetando tus piernas cuando tiemblan.
Y quiero que sepas que jamás estarás sola.
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