Escuchando de fondo el telediario y a mi madre replicando sobre las noticias de la noche, me encuentro en frente de la pantalla del ordenador esperando a que mi hermana pequeña termine de ducharse para ducharme yo.
Sigo feliz, segura, tranquila... Pero con un sueño inimaginable. Me voy durmiendo por las esquinas, en clase, en casa, jugando a los juegos del móvil, escuchando música... hasta hablando por el messenger.
Necesito dormir, estoy empezando a no ser persona.
Hoy me han llegado noticias nuevas, noticias que han echo un gran y profundo agujero en mi mente tirando a la basura muchas de las ideas que ya se estaban asentando en esta cabecita. Pero, ¿sabes qué? Me da igual. Me da igual lo que piense, si le parece mal, si me critica por lo que hago, o le va con el cuento a terceras personas... Bah, soy yo la que está aquí, la que está metida en esto, la que se la está jugando ya que seguramente me lleve el palo de mi vida. Y si no me lo llevo, pues mejor.
A pocas horas (porque es que ya solo quedan horas) de mi examen de matemáticas, sigo pensando que voy a aprobar. Normalmente el día anterior estoy muy segura de mí misma, pero a medida que la hora del examen va llegando, empiezo a agobiarme y a pensar que me voy a quedar en blanco y que voy a sacar un 2 como mucho.
¡Pero no! Hoy eso no me pasa, estoy mas segura que nunca :)
Mi montaña rusa sigue estable; sigo feliz, sin bajones... y espero que siga estando ahí esa razón que me hace dibujar una sonrisa en mi cara por mucho tiempo.
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