giovedì 16 ottobre 2008

Día gris

Tenía dos opciones; fiesta o sesión de relajación.
Optaré por la segunda. Lo necesito. Necesito relajarme, poner la mente en blanco, olvidarme de todos los problemas que tengo, que no son pocos...

Pasando por una fase de mi vida a lo "montaña rusa". Cambios de humores extraños, que no entiendo ni yo. Me hago la incomprendida, pero es que nadie puede comprenderme. Por mucho que lo intenten, que se que lo hacen, no pueden ayudarme. Esta vez no.

Un presentimiento, un vacío, una presión en el pecho, un nudo en la garganta...
Ganas de llorar. Ganas de reír. Ganas de gritar. Ganas de estar sola. Ganar de salir corriendo, de decir hasta luego... Y volver cuando todo esté mas calmado.
Muchas cosas no se arreglarán jamás, lo sé... Pero es que parece que el destino no conoce lo que es límite, y yo ya he llegado a mi límite.

Y me hablan, y me hablan, y yo no escucho a nadie. No me interesa lo que dicen. No quiero seguir escuchando cocharradas de gente que se aburre. Hay días que soy yo la que dice chorradas, y otra persona la que ha tenido un mal día y me manda a tomar por lo que viene el culo, pero hoy soy yo la estupida.

Pienso demasiado. Si, pienso demasiado. Y estoy empezando a odiarlo.
No se puede hablar y luego hacer como si nada sin atenerse a las consecuencias.
Tampoco se puede escuchar y hacerse el que no escucha...


- ¿qué te pasa?
- Todo y nada en concreto.