En la línea que separa, en el horizonte, el cielo de la tierra. El amanecer de la noche, esa silueta del mundo, colores mezclados y el ceño fruncido. Pierdo la mirada entre todo aquello que veo cada día, y la pierdo pues no sé a donde mirar exactamente, pues no sé en dónde me encuentro pese a que esta sea mi ciudad.
La mirada dura con la que observo el pasar del tiempo, el escudo que he creado para protegerme; a mí, solo a mí. Dormirme cada día sin saber cómo será mi estado de ánimo al día siguiente; pues soy exageradamente inestable. Todo un reto llegar dentro de mí misma, intentar dar punzadas donde más duele para sacar todo el veneno que llevo dentro de mí..., y cómo duele, realmente duele.
Y a veces me paro y pienso; María, me da miedo tu frialdad... Porque, tú antes no eras así...
Ya no puedo controlar querer, o no querer... Intento que todo está bien, pero a la vez; María, me da miedo tu indiferencia.
Y querer solo que me quieran, y a la vez, alejar a todo aquel que se preocupe por mí.
El mundo va girando, la vida va pasando y todo va cambiando; y nadie intenta comprender en qué punto me encuentro, nadie imagina ni por un segundo que ya he perdido a tantas, tantas personas, y yo me hago cada vez mas pequeñita; y más, y más, y más...
Y ya no hablo de cómo me siento, porque nada cambia si lo hago. Yo solo quiero alejarme más aún de todo y de todos, porque si me dicen "nos estás dejando....", tal vez tengan razón, o tal vez me dejasteis a mí en el camino de vuestras vidas hace ya algún tiempo...
2 commenti:
"Jao", diría un indio como yo.
Un servidor no es más que un camaleón. A estas alturas he sido demasiadas personas, con sus cosas buenas y sus cosas malas. He sentido dentro de mí tanta indiferencia que un día, me asomé al abismo que yo mismo creé y decidí echarle tierra.
Sale de dentro, pero hasta incluso los monstruos más caóticos pueden sucumbir si queremos. Solo si queremos.
Hacía tiempo que no pasa por aquí, pero ya veo que sigues haciendolo igual de bien. Un saludo.
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