Un simple abrazo que ahoga tus lágrimas en su cuello manchándole la camiseta de dolor. Cabeza cabizbaja buscando la razón de vivir que hace tiempo cayó al suelo y se perdió. Segundos de duda que se mezclan con la amarga sensación cuando ves el gesto de su cara afirmando lo que jamás quisieras escuchar.
Volver a recorrer el mismo camino sola, dejando mis propias miguitas de pan para no perderme a la vuelta. Recuerdos que se mezclan con el aire que respiro, recuerdos que son los que hoy me hacen seguir viva. Una canción cada cuatro días, una canción que escucho una y otra vez. Las canciones de mi vida que cuentan sentimientos, ya sean fuertes, dolorosos, que me hagan subir o bajar. Y más recuerdos, uno detrás de otro. Pasan por mi mente como relámpagos en una noche de tormenta. Aparecen y desaparecen, dejándome preguntas que no tienen respuestas. Ya no. Personas que un día ocuparon puestos importantes en mi vida y que ya no son nada. Me hablan, me miran, me hacen reír a veces. Pero ya no es lo mismo. Más preguntas. Qué pasó. Y yo qué se, joder. Y yo qué se.
Estoy segura de mí misma. Más que nunca. Aprendí a contar el tiempo con otra medida que no son ni los segundos, ni los minutos, ni las horas, ni los días. Aprendí a esperar con paciencia, a llorar cuando es necesario y a reír por cada dos lágrimas que derramo. A morderme la lengua, a contar diez antes de hacer daño. A disfrutar de los pequeños momentos que luego recordaré como los más grandes, a no ser pesimista y paranoica, a dejarme llevar, a querer. A abrazar, con fuerza, como si fuera el último abrazo. Aprendí a recordarla con una sonrisa y no con llantos debajo de las sábanas.
Aprendí a conocerte, cariño. A comprenderte.
Y a pesar de todo... Soy feliz.
2 commenti:
U.U mola mucho el texto :)
un besito Mery Cavalli
molan los textos!
pasate por mi blog si?besos niña!(L)
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