mercoledì 7 gennaio 2009

Las rebajas son perjudiciales para la salud.

Doy fé.
Me duelen las piernas de tanto andar y estar de pie parada en las colas. La cabeza debido a esos focos que te dejan ciega (por lo que tambien me duelen ligeramente los ojos) y por esa música tan súper rayante y pimba y pimba y pimba que suena en todas las tiendas. Tengo sueño ya que me he despertado a las ocho y media de la mañana y anoche estuve despierta hasta tardísimo.
Lo demás funciona bien.

Demasiado bien. A veces discuto con los demás, me enfado. Algunas veces mis padres me hacen llorar por tonterías. Otras reír. Si, mis padres me hacen reír. Me hace reír todo el mundo. Quizás sea demasiado fácil hacerme reír... Aunque aseguro que hay personas que piensan todo lo contrario.

¿Cambios de humor? Pues sí. ¿mi Montaña rusa sigue funcionando? También... Y quiero ya cambiar, o algo así. No es cambiar, es simplemente... estabilizarme. No llorar cada dos por tres, estar mas feliz normalmente. Comer mas, ir al gimnasio... estudiar. Centrarme. Hacer menos el vago. Salir mucho mas de fiesta, pero gastar menos dinero. Nose, eso de año nuevo, vida nueva... Quizás no sea nueva nueva, pero lo mismo si que es mejor. Quiero regalarme tiempo, quiero aprovechar mi tiempo... como quien disfruta de un regalo.

Comencé el año con buen pie, en el complejo con mis amigas... Aunque tener entre mis manos la primera copa me costó una vida y parte de otra... Para conseguir un puñetero "Legendario" (lo pongo entre comillas porque era garrafon) con redbull, que en verdad es algo asi como Toro XL, tuve que separarme "cinco minutos" de mis amigas... Tías, voy a por una copa y brindamos, ahora vengo.
Me acerco a la barra... Dos horas depués, el camarero se da cuenta de que existo. Un Legendario con redbull... No, no hay legendario. Ve a la barra de abajo. Bien... Mery se traslada a la puta barra de abajo. En esa barra, con ese camarero al cual ya tengo entre ceja y ceja, no estuve dos horas, no. Estuve cuatro. ¿Para qué? Para que me dijera lo mismo. Mi cara tenía que ser mortal. Entré en la otra sala... y probé en la barra de en medio. Tuve ¿suerte? Si llamamos suerte a que media hora despues de decirle a mis amigas "ahora vengo, voy a por una copa" consiguiera la puñetera copa, vale... está bien, tuve suerte. Pero el caso es que mis amigas ya estaban dispersadas... pero yo tenía la copa en mis manos.
La noche se presentó... fría. Quizás rara, apresurada. Rápida, cuando me quise dar cuenta ya eran las nueve y media y estaba llegando a mi portal con mi hermana, zapatos en mano y el maquillaje corrido.

Y esta primera semana del año 2009 no ha estado nada mal. ¿Y sabéis qué? Espero que todo siga así, porque estoy feliz, feliz, feliz.

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