Después de estar tantíiiiiiiisimo tiempo sin escribir, quizás por falta de inspiración, de tiempo, o quizás por falta de ganas, vuelvo a escribir unas cuantas líneas en este sencillo Blog.
¿Recordáis mi Montaña Rusa...? Yo sí la recuerdo, es mas, ¡sigue presente! Y eso me preocupa bastante, porque está empezando a afectar a los que me rodean.
Muchas noches pensando, "filosefeando", analizando, preguntando... y nuevamente pensando. Aburrida, tremendamente aburrida siempre. Cantando en bajo, susurrando. ¿Llorando? ¿para qué pregunto? ¡Llorando! ¿Riendo? Si, últimamente me río mucho sola.
Hay noches que me las paso despierta, dando vueltas en la cama, enredándome entre las sábanas, queriendo bajar a la calle descalza y en pijama. Queriendo que la lluvia rompa contra mi piel, que la gente me mire raro, morirme de frío y llegar a casa empapada, con los pies arrugados y la nariz roja.
Hay otras noches que me duermo nada mas adentrarme en ese paraíso llamado "cama de Mery". Duermo tan plácidamente que a la mañana siguiente no hay quien me aguante, y menos si es Lunes, y menos después de un fin de semana a lo grande no, a lo enorme.
En clase se me cierran los ojos solos. Odio a la de historia, a la de literatura, a la de matemáticas... Sus voces se meten por mis oídos, me atraviesan el cerebro y me producen dolor de cabeza, y ese dolor a su vez produce mucha Mala Milk.
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