Sé que puedes verme a través del cristal de tus ojos, sé que puedes ver un pequeño trozo de mí en cada persona con la que te cruzas, que crees en el silencio como respuesta a la confesión de algún que otro sentimiento, y entiendes la tristeza de la noche cuando tienes toda la maldita almohada para ti...
La vida, agarrada a la noche y al día, y yo; columpiándome entre canciones y conversaciones varias. Acerca de un sitio en el mundo para cada persona, acerca de la palabra de cada persona, y el color verdadero de los ojos, tan diferente, a veces, del color de la propia mirada. La gama de grises que ofrece el estar aquí, y dejar los pies suspendidos en el aire para alejar el dogma del blanco y negro..., e incluso poder llegar a tener entre las manos un azul, o un naranja.
Viajar hasta la parada del pasado, sin precipitarse acerca del futuro, sin intentar cambiar personalidades, si acaso solo la propia; o aceptarse tal como uno es, y rozar lo sublime de dos mentes que encajan..., y desencajan esquemas...
Y sea como sea, volver y sonreír, y además; tener entre los brazos algunos brazos que abrazar, y tener en el mapa algún sitio donde volar, y dejar que tu hogar sea tu corazón, y solo tu corazón.
Y si quieres, poder llamar en las noches en las que la soledad te atrape y necesites charlar..., y si quieres, entender la tristeza de mi noche cuando tengo toda la maldita almohada para mí.
Y, por último, por favor; no dejar pasar un solo día en el que pase una cosa, aunque sea únicamente una, sensacional...
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