Soy extremadamente bipolar; y hay noches en las que no me soporto.
Soy independiente, no aguanto que usen conmigo la negativa del verbo poder, o simplemente jamás acepto un no por respuesta. En la vida, encuentro más defectos que virtudes, más inconvenientes que ventajas; la sociedad me abruma e incluso me agobia, me ahoga en un mar en tormenta, me hace pequeña; pero a mi corazón grande, y me siento como una niña a la que no le contaron el final correcto del cuento. Me tropiezo con la realidad cada mañana, y me evado en los sueños que nunca mueren en mi alma; me siento indefensa ante un mundo extraño e injusto, y a veces me crezco pensando que podré cambiarlo.
Sé que soy dueña de mi propia vida, y aunque a veces tenga miedo, sé que encontraré mi camino. A veces pienso que mis sueños son inalcanzables, pero luego recapacito; es lo que me dice la gente. Pocas personas entienden mi forma de ser, tantos me critican, incluso me critico yo a mí misma. ¿Qué puedo hacer? No me siento acorde con lo que vivo, pero aún soy una niña y tengo ciertas obligaciones que cumplir a pesar de mi pesimista perspectiva de mi día a día.
Cuando alguien me dice que me estoy equivocando, miro hacia otro lado, pierdo mi mirada en el horizonte y exhalo un suspiro, odiando cada segundo de mi suceptibilidad cuando escucho algo que no quiero escuchar. Llámame inmadura, llámame irresponsable. Realmente, me da igual.
Me duele el pecho en algunas situaciones, porque me creo valiente prescindiendo de mi medicina, porque fui tan débil en el pasado; tanto, tanto; que no soportaría volver a pedir ayuda. Porque la inocencia de mi corta edad pesa tantas noches, que a veces me pregunto si soy..., algo imbécil.
Me duele el pecho en algunas situaciones, porque me creo valiente prescindiendo de mi medicina, porque fui tan débil en el pasado; tanto, tanto; que no soportaría volver a pedir ayuda. Porque la inocencia de mi corta edad pesa tantas noches, que a veces me pregunto si soy..., algo imbécil.
Peco de caprichosa en contadas situaciones, y de idealista en tantas otras...; ¿qué puedo hacer?, una es como es, y a pesar de los que me repiten continuamente su versión de la realidad, quizás no quiero aceptarlo; porque me pierdo en días en los que sale el sol, pensando que la vida es tan bella, pero que sin embargo nada me parece real. Porque miro vidas ajenas, y aunque no encuentre grandes penas; tampoco encuentro grandes alegrías.
Me critican. Lo sé. Me critican los que no me conocen, y los que me conocen; también. ¿Por qué eres así? No te soporto. Tampoco me soporto yo.
Creo en las personas; pero el ser humano deja tanto que desear. Si algo me produce terror; es la decepción; y camino de puntillas, sin involucrarme sentimentalmente, mi muro es tan alto que pocas personas pueden llegar a atraversarlo y ocupar un sitio en mi corazón.
Lo siento, no puedo decir nada más que lo siento. Por no poder mentir en situaciones en las que debería, por no pedir abrazos y morderme la lengua, por no ser la clase de persona que me reclaman que sea. Lo siento por mi indeferencia, por mi mal humor, por encerrarme en mí misma y no dejar que nadie cruce el umbral de mi puerta, por gritar; por no llorar, por convertirme en cielo y después en tierra, por no poder parar el tiempo y creer en Dios.
Y aún así, me siento tan orgullosa de mí misma..., que me da miedo.
3 commenti:
Odio ser bipolar, es la cosa más maravillosa del mundo
Genial hermoso lo que escribís, sigue así. Un beso desde Argentina
Has escrito las palabras que yo no sé encontrar y que alguna vez debería enviar a alguien para ver si así entienden la noria en la que estoy metida.
Y te juro que no entiendo como sin saber ni mi nombre ni que existo hayas podido hacerme un retrato tan exacto.
Así que solo puedo darte las gracias, callar y seguirte leyendo.
Eva.
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