lunedì 25 ottobre 2010

Ισορροπίας

Te pregunto; ¿cuáles son tus prioridades? En tu lista, ¿qué está en primer lugar? ¿El equilibrio realmente existe? Si, sé que para muchos el equilibrio es la meta. ¿Y para ti? Piensa en todas las personas que ocupan un lugar en tu vida; tu familia, tus amigos, tu pareja si tienes. Lo ideal sería la armonía, pero, ¿es posible? ¿Es posible que si ponemos a esas personas en una balanza, todas pesen lo mismo? Definitivamente, no.
Ahora estarás pensando, cada persona hace méritos para ocupar esos distintos lugares, y yo lanzo un par de preguntas..., ¿pensar en eso no es algo frío? Y, ¿qué méritos has hecho tú? ¿Realmente estás siendo honesto...?
Hay momentos en la vida en los que te paras a pensar en qué punto te encuentras, quién está a tu lado, quién te puede aportar qué. Últimamente me muevo por precisamente eso, por lo que me aporta cada persona. Calma, tranquilidad, sensaciones fuertes, quizá, algo de locura. Una lista interminable, si algo es mejor que otro algo, eso no lo discuto.
Para mí lo perfecto sería ese equilibrio del que tanto hablo, en el que si creo. Que una persona me aporte todo lo necesario para sentirme simplemente viva, realizada tal vez. Pensar y sentir que es increíble. Aún no he conocido a esa persona, de eso estoy segura, pero algún día llegará a mi vida.
Por eso, de hace unos días a esta parte me encierro en mí misma. Pienso, descanso, pienso, descanso. Mente en blanco. Mente en blanco. Mente en blanco. Conclusiones, varias. Me agarro a una cita de mi querido Coelho, de mi libro favorito; "Si me preguntas si me gusta tu compañía, la respuesta es si. Sin embargo, si quieres saber si puedo vivir sin ti, la respuesta también es si." Simple, sincera y directa.
Hace unos meses escribí, en un momento de rabia; "No quiero más etiquetas, la vida para mí es simple. Cuando me encuentro a gusto con alguien no necesito nada más, y eso me tranquiliza. Luego, no quiero que nadie piense más allá de la conexión. Es así, y es maravilloso siendo así. No necesito nada más."
Si se produce una cohesión entre la cita de Coelho ymi breve párrafo, quizás saquemos en claro un simple..., ¿feeling?, que es lo que me despierta cuando lo encuentro con alguien. ¿Y qué pasa cuando se agota? Que se agota, y punto. Pero, ¿realmente quiero no poder vivir sin alguien? No, no quiero. Mi independencia es solo mía. No poder es demasiado fuerte, demasiado. Mi felicidad ya dependió de actos ajenos, ¿es eso amor, realmente? Siento discrepar, pero no. No lo es. Pero no voy a hablar de amor precisamente...
En el pasado intenté ser racional, posiblemente no lo consiguiera, posiblemente en mi lista de prioridades puse en un primer puesto a quien no debía, pero siempre intenté mantener un poco el equilibrio con las distintas partes de mi corazón, seguramente sólo me hiciera daño a mí misma.
En este último año he aprendido sobre esa lista, y he aprendido sobre mí, y sobre lo que busco, también sobre lo que encuentro, sobre mi ausencia de compromisos, mis infinitos momentos de de ilusión con tantos que choqué, para luego arrugar la nariz y decir; no, no tiene ese algo.
En cuanto a mi balanza, creo o quiero creer que no cometí ningún fallo realmente importante. Vuelvo a repetir, me traicioné a mí misma.
Entonces, puedo decir que en esa balanza sobre el equilibrio entre las personas importantes de nuestras vidas habría que meternos a nosotros mismos, también es una parte de mi corazón el que se dedica a cuidarme y a quererme.
Trataré de alcanzar el equilibrio, y una vez alcanzado, mantenerlo.

domenica 24 ottobre 2010

"Si me ves desarmada, ¿por qué lanzas tus misiles?"

-Y llegas, y haces que mi mundo se enloquezca con tus estúpidos líos de cabeza loca... Y, ¿sabes? Esa noche no pensé en ti, porque estoy empezando a comprender qué es lo que pasa, qué es lo que hay aquí, dentro de mí..., y siento decirte que no me está gustando. Me miras, me miras prometiéndome algo que realmente no quiero, no necesito, pero que inevitablemente me ilusiona..., ¿por qué lo haces? Joder, sabes que es una droga, sabes que nos toca despertar cada mañana y cruzarnos en ese maldito pasillo..., pero te da igual... Si, te da igual. Y, joder..., ¿ves? ¡Me haces perder el equilibrio! Mírame, ¡parezco una auténtica paciente de psiquiátrico...! ¿Te estás riendo?
-No, no me estoy riendo.
- Si te estás riendo. Ésto es demasiado, incluso para mí. Me voy de este asqueroso piso lleno de líos estúpidos en el que no puedo conservar ni un poco de paz interna.
- ¿Te vas?
- Me voy.
Mery Cavalli

martedì 19 ottobre 2010

Turn the page.

Tirada en su cama mira las horas pasar desde el balcón de su almohada, y nunca falla al ser ella, nunca falla cuando al buscar en sus recuerdos detiene esa lágrima prohibiéndole el paso. Aún queda alguna herida por sanar, lo sabe. Y no le asusta, pero cuando cae la noche y la noche se desploma sobre sus pestañas, ella revive con fuerza, prometiéndose a sí misma no volver a caer. No, no lo hará. No buscará, no esperará. No. Nadie puede introducirse en ella y sentir, como ella no puede introducirse en otros y sentir lo que otros sienten. Es consciente de ello, y jamás se lo ha reprochado a la vida.
¿Necesita una disculpa? Quizá si, quizá no.
Anocheció hace un segundo, y al caer las estrellas un suspiro cayó de sus labios sellados; al caer la luna sobre su alma compleja, se torció la veleta perdiendo el norte, confundiendo el concepto del viento que silba revolviendo sus cabellos. Las luces de la ciudad se reflejan en el fondo de sus ojos oscuros, y la sensación de encontrarse nunca cesa. Estuvo tan perdida, tanto, tanto... Y esa voz que le hacía tornar su expresión a la durez impropia de una niña, y esa voz que jamás la dejó sola. Esa voz que fue ella misma y a la que tiene tanto que agradecerle...
Pasan los días dentro de sus manos, dentro de sus palabras, de sus razonamientos dentro de su mente que nunca para de funcionar, de hacer y deshacer trenzas constatadas de estúpidas hipótesis y deseos de otra vida. Viaja hacia lugares que otros no pueden ver, mientras alguien le dice; vuelve...
Pero sus dimensiones van más allá...

domenica 10 ottobre 2010

Carnaby Street

Las palabras se escapan de mis labios, como el frío va llegando, como la noche nace y muere, y vivo en ella mientras tanto. Nace y muere en partículas de luz en la oscuridad de una calle con alumbrado público. Me siento en un banco a meditar, pero realmente no pienso en nada... El mundo es tan complejo, los cánones de la sociedad me abruman, me dan miedo.
En una noche sencilla echo de menos un vicio, uno cualquiera, una droga que no sea estupefaciente, incluso pienso en la droga de un simple beso largo y sucio.
Mis noches son tan largas que he llegado a amarlas, y hay veces en las que el reloj marca las dos de la madrugada, mis párpados me pesan y me digo a mí misma, ¿en serio vas a desperdiciar una noche?
Cierro mis ojos, sintiendo que mi piel se eriza suavemente, lentamente. Siento un todo, siento un nada, siento una descarga al despertarme de un sueño extremadamente..., intenso.
Hago un cambio de sentido, mientras es suave la brisa, y frías las sábanas, encontré un clavel entre las páginas de un libro que solía leer.
Quien quiera que rija las casualidades (o como dice un buen amigo, las diosedades), me hizo jaque hace unos días. Pero lo entiendo, ahora, esta noche, aquí. ¿Sonrío? Si, sonrío. ¿Tengo miedo? Tengo hambre del futuro. Hay quien me dice "es lo tuyo", hay quien me dice "se realista"... Pero, ¿qué digo yo?
La noche nace y muere, y en el paréntesis de su existencia hablo sobre María. ¿Qué pasan? Las ganas de verte, aunque a veces, solo a veces, vuelven.
Hoy he aprendido una nueva palabra, vestigio...

mercoledì 6 ottobre 2010

Carta de Mí a Mí.

Te diré una cosa, vive.
¿Sabes?, leo tanto que escribes, estoy presente en todos tus pensamientos, te seco todas tus lágrimas, hago que vayas frente al espejo y te quieras. Y te quieras, tú, a ti. Y te quieras. Y, ¿sabes?, no es fácil abrir ese cuaderno y ser testigo de tu inseguridad, de tu incapacidad para llevar a cabo lo que el corazón te dicta. Eres sincera, si, lo sé. Tu alma es la que habla, y créeme que aunque a veces me gustaría tomar las riendas, se que no puedo porque sé que eres una chica profunda, tan profunda que a veces te pierdes en tu propia infinidad.
Cuando te preguntan por qué, te encoges de hombros. Pero cuando llegas a tu cama, y el por qué se repite en tu mente, contestas a la nada; "Porque quiero, porque lo necesito. No hay mas. La sociedad me agobia."
Y punto final.
¿Te impones a la nada? ¿A tu cuarto? A..., ¿nadie?
Te chocan tus quiero y tus debo.
Te adoro como eres, porque juntas hemos aprendido a querernos. Creo en tu espíritu libre, igual que creo que necesitas el amor para sentirte viva. Pero aún creo que no te proteges lo suficiente, aún creo que te dejas llevar por el presente, me dices contínuamente; "¿qué puede pasar...?, soy de hierro..." Y no, no lo eres. Déjame de decirte que hay límites.
Es precioso todo lo que sueñas, y es más, me atrevo a decir que lo conseguirás. Te realizarás como persona, que es lo que andas buscando desde hace algún tiempo aunque tan solo eres una niña aún.
¿No tienes miedo? Te preguntan. Tú no lo sabes, pero no tienes miedo a lo que los demás ven raro, sino a lo que los demás ven normal. Tienes miedo a que pasen los años, y llegue un día en el que te des cuenta que no cumpliste tus expectativas.
Por eso te animo, desde tu corazón, a seguir adelante. "Necesito seguir mi destino, no importa dónde me lleve."
Hace unos días después de soltar ese mar de palabras incesantes, que escribes a toda prisa como si te llevara la vida en ello, y parece que gritas en silencio cuando escribes con fuerza, y que vuelas por el cielo cuando te endulzas; después de desahogarte como haces cada dos o tres noches, escribiste resueltamente:
"PD: Cuando tenga mi propia casa tendré mi propia biblioteca en ella."
Te mueves por impulsos de tu alma, de lo que amas, amas lo que haces con el corazón.
Y esa es una de las mil razones por las que te quiero.

sabato 2 ottobre 2010

Allora come stai, io me la cavo bene.

Marea.
De aptitudes, de sentimientos, de recuerdos, de planes.
Bombardeo.
De mi imaginación.
Inseguridad. En el minuto dos, seguridad.
Es espectacular, tanto que da vértigo. Es complicidad.
Ho voglia di restare qui con te.
Hace dos noches la melancolía llamó a mi cuarto. Se tumbó junto a mí en mi cama. Impregnó mis sábanas con su dulce olor a tristeza, inundó mis ojos con algunas lágrimas rebeldes que se escapaban de mi voluntad férrea por no llorar. Y me pregunto por qué, y el por qué quizá sea que suelo llorar una vez al mes, como dice la canción. Si es cuestión de confesar...
Dove sta la felicitá?
En mi corazón tranquilo, aunque a veces mis labios tiemblen. En mi alma, por ser libre. En "mi cabecita de niña que a veces se cree mujer". En mi Yo, que a cada segundo se quiere más. En la Luna, amante de mi amor.
Io e te a dormiré.
Me preguntó; ¿por qué te complicas tanto...? Le contesté; Porque lo hace tan sumamente sencillo todo...
Y me preguntó; ¿Pero por qué? Y le contesté; Porque la libertad que he alcanzado me ha enseñado tanto...
Qualcosa c'é, ma é difficile. Non si puó toccare, ma vivere... Dove sta, la felicitá? Adesso non puoi, o forse non vuoi ritrovare la complicità e il nostro dolce fare niente. La convinzione di viverci per sempre, quella voglia e il calore che ci unisce, tra una canzone e una giornata che finisce, dimmi che...