Es esta noche en la que los sentidos se destiñen y los pensamientos vagan libremente por hojas de papel, algunos agonizan en un último suspiro mientras otros llegan a su éxtasis más intenso, y los recuerdos pasan uno tras otro como diapositivas en la mente, respirando segundos de existencia, nacen y mueren, tienen propios sentimientos encontrados, que chocan con la realidad y lo materialmente posible.
Correr con los ojos cerrados y sentir el aliento de quien en la nuca, cálidamente helado. Entregarse a un abrazo; dejarse caer en unos brazos que no son del todo seguros. En la noche en la que se para el tiempo, y a veces todo parece más confuso, y otras veces las dudas se evaporan; se resbalan entre los dedos y rompen contra el suelo.
Y, ésta soy yo en algún punto del universo esta noche, vagamente perdida en un abismo temporal; pasando de puntillas por puertas varias borrando las ausencias y las presencias, suspirando con una media sonrisa por aquí cerca.
Y, ahí estás tú, que me miras desde un sitio privilegiado, desde donde puedes ver cada milímetro de mi cuerpo y mi alma, desde donde puedes notar la temperatura de mis manos y adentrarte en mis pensamientos como si fueras parte de mí, sin apenas conocerme.
Es ésta la noche en la que el cielo parece más oscuro e infinito, los sentimientos se magnifican a una temperatura de algún grado bajo cero, y la belleza del hielo entre la piel y el mundo es apreciada por dos almas perdidas, que de imprevisto colisionan en el tiempo y el espacio haciendo estallar las alarmas de emergencia.
Es éste el momento en el que me dejo vencer por todo aquello que descubro en el tiemble de manos y en las palabras duramente frías, en el que me dejo caer por la calle más hostil dispuesta a salir con vida, reconociendo todo aquello que hace que mi piel se erice, todo aquello que me produce algo más allá que indiferencia...
Estallar riendo y gritando; Somos políticamente incorrectos.